NEOM : MEGACIUDAD TURISTICA : ARABIA SAUDI Y EGIPTO UNIDOS EN UN MEGAPROYECTO TURISTICO

Se creará a orillas del mar Rojo una megaciudad turística, o más bien un archipiélago, binacional. Egipto ya cedió dos islas.

La visita del príncipe heredero de Arabia Saudita, Mohamed ben Salman, al presidente egipcio, Abdel Fattah al-Sissi, ha tenido un hondo perfil bilateral y estratégico. En efecto, luego de la visita se anunció la incorporación de Egipto al proyecto saudita Neom.

Neom es la sigla de un enorme proyecto turístico de Arabia Saudita que sueña con construir una mega-ciudad de alta tecnología, destinada al turismo de lujo.



Eso sería impensable en territorio saudita, donde jamás los occidentales podrían ir a la playa como ocurre en el resto del mundo. Por ello, la moderna ciudad contaría con una legislación propia, conforme al modo de vida occidental, que no tendría nada que ver con el estilo de vida impuesto por el wahabismo que se practica en el reino saudita, y con el islam en general.




El nombre surge del término griego neo (nuevo), y la palabra árabe mostaqbal, (futuro). La zona seleccionada para la realización del proyecto se encuentra a orillas del Mar Rojo, en la región saudita de Tabuk, fronteriza con Jordania y frente a la costa egipcia, y abarcaría unos 26 000 kilómetros cuadrados –casi el tamaño de Bélgica.

El presupuesto previsto es de unos 500.000 millones de dólares y la realización del proyecto está confiada al alemán Klaus Kleinfeld, ex presidente de la transnacional estadounidense Alcoa-Arconic y administrador del Grupo de Bilderberg.



El presidente egipcio al-Sissi quiere unirse a la iniciativa incorporando parte del sur del Sinaí, incluyendo la ciudad egipcia de Charm el-Cheikh, conocida por ser un centro turístico internacional, y parte de su territorio continental, incluyendo la ciudad egipcia de Hurgada. Eso implicaría la implantación de un sistema de extraterritorialidad en todo ese territorio. Con ese objetivo se ha constituido un fondo de inversión común de 10 000 millones de dólares, provenientes sólo de Arabia Saudita.

En abril de 2016, el presidente al-Sissi cedió a Arabia Saudita las islas de Tiran y Sanafir, que cierran el Golfo de Aqaba, entre el Sinaí egipcio y la propia Arabia Saudita, y sobre cuyas aguas se asoma también Israel.



Aunque al-Sissi presentó esa cesión como una «restitución», el único documento válido –la Convención de Londres de 1840– proclamaba ambas islas como territorios egipcios. Gracias a la cesión de Tiran y Sanafir, Arabia Saudita puede incorporar ahora esas islas al proyecto Neom, transformando así el conjunto de la región. Al obtener la soberanía sobre ambas islas, Arabia Saudita terminó reconociendo de facto de los acuerdos de Camp David entre Egipto e Israel, los que dan derecho a Israel a circular en el Golfo de Aqaba y el Mar Rojo, y es muy probable que Israel esté vinculado al proyecto Neom.



Neom será en realidad un archipiélago Egipto-saudita.

Es muy posible que al Sissi y ben Salman deben haber discutido el tema de la seguridad, pues el Sinaí es desde hace tiempo teatro de un conflicto armado entre terroristas del Isis que se han trasladado allí y el Ejército egipcio. Un proyecto de este tipo debe poder contar con garantías de seguridad para ser exitoso. Por otra parte, se confirmaría el acercamiento estratégico de Egipto, Israel y Arabia Saudita.
Salman ha tenido contactos también con el líder de la Iglesia copta ortodoxa y con el jeque de Al Azhar, una figura reconocida por su moderación que se opone al islamismo violento.

El Fondo Monetario Internacional ha dado su apoyo a la megazona especial que quiere levantar Arabia Saudí en un territorio de 26.500 kilómetros cuadrados, que se extiende por el propio reino, así como por los vecinos Jordania y Egipto, que pretende revolucionar la economía y el desarrollo ya no de la región sino del mundo entero.

NEOM (abreviatura de “Nuevo Futuro”, informa la propia web del proyecto) pretende ser un polo de desarrollo de los sectores hídrico y energético, biotecnológico y agrario, textil y recreativo, y contaría con legislación y sistema judicial propios.



La inversión prevista es de 500.000 millones de dólares, que asumiría en buena medida Riad, si bien se pretende que también tenga una participación importante la inversión privada local y foránea.




 


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